En el país del talante la "tolerancia" se lleva el premio
No debería ponerme a escribir, lo sé. Estoy a 24 horas de salir hacia Tokio (¡no veo el momento si os soy sincera!) y tendría que cerrar todos los flecos que tengo colgando que son mucho, pero... nobleza obliga y las declaraciones de ayer de los "amigos" del PP retratándose y evidenciando que lo de la "modernez" y la "tolerancia" que intentan vender desde el partido de "centro" (con un poco de paciencia se juntarán por completo PSOE y PP en el momento menos pensado) es todo pura postura, me obliga a escribir algo rápido.
Así, ayer, sin que Mariano pudiera remediarlo, que sabe que pierde votos, el portavoz del PP, el incombustible Eduardo Zaplana, el protagonista de la frase más honesta de la política española en los últimos cien años ("yo estoy en política para hacer dinero"), confirmó que su partido ya tiene tomada la «decisión política» de recurrir la ley sobre matrimonios homosexuales ante el Constitucional. Acebes lo apunta hace unos días, Marianico (ya no sé si el corto o el ninguneado) lo niega, y dos días después Eduardo lo confirma. ¡Eso es coherencia política, consenso de partido o cómo queráis llamarlo, y lo demás son tonterías!
Luego matizan, está claro, el PP no es contrario a la equiparación de los derechos de los homosexuales, sino a que su unión se denomine matrimonio, y Zaplana critica, que de eso sabe un rato, a quienes pretenden «atribuirse en exclusiva el voto del los homosexuales». ¡Siendo ellos lo de centro que son!
Y de fondo oigo cómo un futbolista comenta "A este árbitro habría que matarlo" (sic) los ídolos de los chavales, siempre enseñando algo. Y claro si los compentarios de un profesional del balón tienen ese tono, Carod no puede menos que amenazar con vetar (lo que sea, cómo sea y cuándo sea) un texto estatutario si a él no le gusta. ¡Paciencia! Con lo bien que estaba ayer por la tarde calladito, mirando a las modelos en la primera fila en el Gaudí en el desfile de Armand Bassi (viste del diseñador, no sabemos si se lo paga él pero la ropa que lleva es de Bassi)... apunto estuve de preguntarle por el Estatut, pero, ya se sabe, las amigas que estaban conmigo no me dejaron, ¡no tiene que haber sangre en el Gaudí salvo si es Paulina la que la provoca! ¡Buena gana de preguntar por lo que no tiene respuesta!
Así, ayer, sin que Mariano pudiera remediarlo, que sabe que pierde votos, el portavoz del PP, el incombustible Eduardo Zaplana, el protagonista de la frase más honesta de la política española en los últimos cien años ("yo estoy en política para hacer dinero"), confirmó que su partido ya tiene tomada la «decisión política» de recurrir la ley sobre matrimonios homosexuales ante el Constitucional. Acebes lo apunta hace unos días, Marianico (ya no sé si el corto o el ninguneado) lo niega, y dos días después Eduardo lo confirma. ¡Eso es coherencia política, consenso de partido o cómo queráis llamarlo, y lo demás son tonterías!
Luego matizan, está claro, el PP no es contrario a la equiparación de los derechos de los homosexuales, sino a que su unión se denomine matrimonio, y Zaplana critica, que de eso sabe un rato, a quienes pretenden «atribuirse en exclusiva el voto del los homosexuales». ¡Siendo ellos lo de centro que son!
Y de fondo oigo cómo un futbolista comenta "A este árbitro habría que matarlo" (sic) los ídolos de los chavales, siempre enseñando algo. Y claro si los compentarios de un profesional del balón tienen ese tono, Carod no puede menos que amenazar con vetar (lo que sea, cómo sea y cuándo sea) un texto estatutario si a él no le gusta. ¡Paciencia! Con lo bien que estaba ayer por la tarde calladito, mirando a las modelos en la primera fila en el Gaudí en el desfile de Armand Bassi (viste del diseñador, no sabemos si se lo paga él pero la ropa que lleva es de Bassi)... apunto estuve de preguntarle por el Estatut, pero, ya se sabe, las amigas que estaban conmigo no me dejaron, ¡no tiene que haber sangre en el Gaudí salvo si es Paulina la que la provoca! ¡Buena gana de preguntar por lo que no tiene respuesta!
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