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Carmen Domingo

Empiezo el año con un cuento

Empiezo el año con un cuento, bueno, en realidad con cuatro, porque siempre es mejor empezar así que con noticias de actualidad. Y es que no sé lo que me está pasando, pero últimamente me ha dado por la novela -mal, mal... que se me escapa el ensayo y tengo que escribir-, lo que pasa es que al ser temática de guerra civil... está justificado. Bueno, a lo que iba, a la narrativa. El caso es que estoy teniendo suerte, mucha -quizás por eso me reconcilio con la narrativa sin problemas, después de muchos fracasos- y novela o cuento que leo, novela o cuento que me gusta. Y eso que a mí, por defecto, no me gusta hablar de los de mi profesión, pero... no pasa nada por llevarme a mí misma la contraria de vez en cuando, sobre todo si es para hablar bien, que mal, paso.

Me he leído estos días, lo acaba esta mañana mientras sonaba de fondo la tradicional Marcha Radesky que cierra el concierto de Año Nuevo (si Proust fuera de mi familia, la utilizaría la marcha igual que las magdalenas), "Los girasoles ciegos" un libro que ha publicado Anagrama en el que junta cuatro cuentos que escribió Alberto Méndez en distintas épocas. "Los girasoles ciego" son cuatro historias que se leen como si tu abuelo o tu abuela te las estuvieran contando al calor de la chimenea. Historias prohibidas de la posguerra, historias de la dignidad no perdida de los vencidos. Porque la sensación es esa, historias sencillas, perfectamente enlazadas, en las que tú solo le das filiación a los protagonistas y que te susurran los horrores de una época sin querer entrar en ellos de lleno, porque no hace falta, porque se intuyen.

Cuatro historias de perdedores, de horror, de desolación. De perdedores que en la derrota triunfan, porque su sentido de la honestidad, de la ética, les impulsaba a renunciar al engaño y la impostura y por eso pierden. Perdedores que recuerdan aquella frase de “más vale morir de pie, que vivir de rodillas”, pero que en el fondo son como "girasoles ciegos" desorientados en medio de la barbnarie que les ha tocado vivir. Personajes que se entrecruzan en los cuentos y dan continuidad y mayor sentido a un libro que nos hace vivir el momento de una forma distinta a la que habíamos visto hasta entonces.

Los dicho, ¿no sabéis qué regalar o qué regalaros en reyes? Pues eso, "Los girasoles ciegos". Acierto seguro. 

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