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Carmen Domingo

Llegada de Pamplona: Otegui a prisión

Llegada de Pamplona: Otegui a prisión

Hace días que tengo ganas de resumir al menos mi estancia, aunque corta, en Pamplona -para muestra un botón, o dos cajas de caramelos como en la foto-. Vaya por delante que tenía muchas ganas de ir por aquellos lares, no sólo porque soy fan de los Sanfermines, y porque todo el mundo me había dicho que se comía y bebía muy bien, sino también porque como es una especie de "tierra de nadie" y no podía haber encontrado mejor fecha que dos días después de la tregua de ETA.

Me explico.

Como Navarra, según quien hable de ella, está incluída o no dentro del País Vasco -ya sé que administrativamente no- tenía ganas de comprobar realmente qué se decía desde la misma Pamplona por los pamplonicas y qué se respiraba. Vaya por delante que tres días no dan para mucho, pero también vaya por delante que por las mañanas estuve principalmente con gente de UPN y afines, y por las tardes noches con militante de Batasuna, o simpatizantes de la izquierda -una hace amistades por internet que son de lo mejorcito, qué queréis que os diga-. Y así se dividían, o eso me pareció entender, las dos visiones de la zona. La Navarra Reino, -"aquí se hicieron las cosas antes"- una Navarra en la que prefiere que no se hable de ella para seguir gozando de privilegios -"nos molesta hasta que hagan propaganda de la tierra, Hemingway se podría haber ahorrado los elogios"- y que quiere establecer una clara diferencia despecto de El País Vasco, y la Navarra vasca, que se siente partícipe de todo lo que pasa en El País Vasco, especialmente de aquellos temas políticos y culturales  que justo estos días para nosotros estaban tan presentes. De hecho, me pasé la noche del sábado hablando de política y disfruté de lo lindo, por extraño que pueda parecer, y de ahí saqué la idea clara de que la tregua era definitiva, por más que -y eso no es aportación pamplonica, sino propia- quizás a la derecha no le interese demasiado que se consiga.

Aproveché, además, para que Iñaki me enseñara el fuerte de San Cristóbal y ha quedado pendiente colarnos dentro para cuando yo vaya más preparada estéticamente en otra ocasión, que bien podría ser que fuera el Aberri Eguna aprovechando una invitación que me hicieron y no ha caído en saco roto-. 

Ah! y también, y por eso aprovecho hoy para escribir, salió en la conversación nocturna, que quizás estaba pactado que Otegui fuera a prisión -yo creí que no iría, y ya veis-. Mira tú que coincidencia con la sentencia de hoy de Grande Marlaska que acaba de decretar que ingrese en prisión, aunque con posibilidades de fianza. Porque, decían ellos como leo ahora en El País que ha dicho el portavoz de Batasuna: el proceso de paz "está por encima de cualquier eventualidad que pueda darse en este momento, en el futuro cercano o a medio plazo".

Otro día os cuento la extraña relación pamplonica con la iglesia, santos, catedrales, rosarios y brazos y cuerpos incorruptos varios. 

 

 

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