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Carmen Domingo

El retorno de Olga Viza y... ¿quién asesora a Rajoy y a Zapatero en sus respuestas a la prensa?

Olga Viza ha vuelto. Ya tenemos de nuevo con nosotros a la periodista que, sin casi tiempo de recoger sus cosas, de regreso de las vacaciones de verano del año pasado se encontró de patitas en la calle por una restructuración de personal que restructuró sólo a unos cuantos en Antena 3 y que a lo que parece no ha conseguido el aumento de audiencia ni la disminución de pérdidas esperada.
Ahora ha vuelto y lo ha hecho en Tele 5, en un programa de actualidad que empezó, cómo no, con temática electoral. Ante la falta de debates electorales reales, Olga Viza entrevistó por separado a Mariano Rajoy y a José Luis Rodríguez Zapatero y ha contrapuesto luego sus respuestas para montar un ficticio cara a cara entre ambos candidatos. Ayer vi una parte en las noticias de Tele 5 y aunque la idea me pareció buena (la verdad es que hasta ahora Zapatero ha tenido suerte de que Rajoy no quiera hacer un debate en público con él, ya no necesitamos que depedacen a más socialistas ante las cámaras dejándolos sin respuestas y obligándolos al "pues usted lo hace peor" o al "ahora no he venido a hablar de eso, me dice mi jefe de prensa") no acaba de conseguir del todo que las preguntas y respuestas, las mismas a los dos candidatos de un cuestionario previo, sean interesantes (qué signo del zodíaco es; qué haría si se encontrara por la calle a Antxon). La cosa era complicada, la verdad, sacr jugo de semejantes personajes, que además tienen al asesor a la espalda para apuntar respuesta no prometía demasiado. Aunque aprenden, en algunas respuestas casi consiguieron que se acercaran a lo cotidiano haciéndonos cree que son como nosotros. ¡Qué bonito! ¡Cómo gusta últimamente en España que todos nos creamos que podemos ser Leticia, que podemos ser candidatos, que podemos llegar a éste o al aquel puesto de responsabilidad...! O, al menos, que son todos tan naturales que nos dan la mano y podrían, si se tercia, tomarse un café en nuestra compañía. ¡Ahhhh, maldita demagogia! Sólo falta que nos regalen camisetas a los catalanes diciendo eso de "todos somos de Madrid", por seguir con la demagogia tras las declaraciones de nuestro ministro del interior y que el PSOE convoque una manifestación en la plaça reial. ¡País!

2 comentarios

pespi -

Café, dices, tomarse un café con algunos de nuestros pro-hombres o proto-mujeres???? Ni hablar, al enemigo, con el enemigo ni agua. Ellos quieren acercarse al vulgo y el vulgo, hipnotizado por el brillo de quienes parece que son algo o alguien, acepta ese cafelito vestido de cotidianidad sin darse cuenta de que al levantarse de la mesa descubrirá que él/ella se han ido sin pagar y encima se han pedido el café con gotas, es decir, copa y puro. Por qué no pasamos de las personalitys y nos vamos directos al programa de cada partido. (En el caso de Leti no hay programa político, aunque habrá uno de televisión). Está muy bien eso de que las instituciones o los partidos son las personas pero definamos el concepto persona, hombre. Rajoy no es persona: es un personaje SS, sinuoso y siniestro; Zapatero no es personalidad: es un pesonaje ZP, zote y prudentísimo.

Olga Viza ha hecho un recorta, pega y colorea que es muy representativo de esa política virtual y descafeinada (sí, a pesar de tantos cafés) a la que nos estamos acostumbrando. Oigo a todo el mundo decir que desde lo del tripartito los ánimos están caldeados, la cosa está que arde... ¡Falso espejismo! Seguimos como siempre mirando los toros desde la barrera. Si realmente quisiéramos indignarnos (que motivos suficientes nos dan para ello) las próximas elecciones iban a ser un "la de Dios es Cristo". Pero todos sabemos que no va a ser así. ¿Entonces? Voy a tomarme un café yo sola, bien cargado de mala leche.

Menks -

Se rumorea que Rajoy sí está dispuesto a un debate entre el PP y PSOE, pero prefiere que sea entre Zapatero y Urdaci. Penoso que la campaña esté siendo tan a la contra del PP y tan poco a favor de los ciudadanos. Me temo que pocas ideas originales vamos a oír (para variar).