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Carmen Domingo

A falta de otro cerdo rosa, una gata japonesa

A falta de otro cerdo rosa, una gata japonesa

Será porque llevo muchos días leyendo sobre la guerra civil, porque llevo muchos días escribiendo sin parar, porque mi post sobre mi cerdo rosa ha tenido muchos comentarios, porque me espera una semana de desfiles y diseñadores, porque mañana retomo mis clases de japonés, porque acabo de leerme el último libro de Banana Yoshimoto "Suelo profundo" o porque mi hermano me ha mandado desde Tokio el lindo broche de la foto con su anillo a juego, será por lo que sea hoy me pongo japonesa. O medio, al menos.

Empezaré por decir, que si lindo -aunque poco valorado por los comentarios- era el cerdo rosa, tan lindo como él, sino más, es este broche de Kitty -diseñado por Tarina Tarantino, ahí es na- que espero que valoréis tanto como yo. Dicho queda. Ahora, os ahorro guerra civil, os ahorro mi agobio pre clase de japo que evidenciará que como no he hecho nada en los últimos seis meses ni sabré leer lo básico y también mis dudas acerca de la Pasarela Barcelona, porque de ella espero ir contando algo conforme avance la semana. Lo que no os ahorro es mi opinión sobre el libro de la Yoshimoto, porque he leído un par de críticas de "periodistas especializados" que creen que leyéndola ya saben cómo es la joven literatura japonesa -y mis comillas van con segundas, claro- y me temo que es más complicado. Que en el archipiélago nipón son casi 140 millones de personas y hay algún novelista más, si mi intuicion no me falla. Que no.

Empezaré por decir que Banana Yoshimoto -para quien no sepa de qué autora hablo, que es lo más normal- es de las pocas novelistas japonesas que se traducen al español, junto con los murakamis -Ryu y Haruki-, si de jóvenes y modernos hablamos, sin contar al Nobel Kenzaburo Oé. De los tres es la menos conocida, la menos leída y, con diferencia la más japonesa. Entiéndase, claro, que para que una editorial se arriesgue a traducirla en España es señal evidente de que es poco japonesa en su tierra, pero sigue siéndolo mucho en la nuestra. Y de los tres, así son las cosas, a mí es la que más me gusta, quizás porque a mí me parece lo bastante japonesa para entenderla pero sin perder cosas que a mí me parecen típicas del carácter japonés o que yo asocio a Tokio o a lo que he vivido por allí o leo sobre los japoneses y por eso me hace más gracia. Y digo esto porque -y hace un rato se lo comentaba a Laura- justamente en un par de diálogos de la traducción se nota cómo la traductora se ha dejado llevar por el japonés -es un trozo muy sencillo y por eso me he dado cuenta-. En japonés la palabra utilizada para "caro" y "alto" es la misma, y en castellano, ya lo véis, no. Y ha habido un cruce que podía haberse solucionado y no dar una lectura extraña. Pues eso para que lo japonés lo entendiéramos en lugar de pensar que es un texto raro.

Dicho esto me pongo con el libro, que en realidad son tres relatos que tienen como hilo conductor el sueño, precisamente. Un sueño y un pasar el tiempo y dejar que pase a un ritmo que no es el nuestro y que acaba siéndolo conforme lees las historias. Tres narraciones cortas protagonizadas por chicas, tan raras como atractivas, y que a mí -una tontería como otra cualquiera- me dan la sensación de que las lees mientras se construyen, como si estuvieras doblando papel y haciendo origami, por los pliegues, lo lento, pero ordenado, los sorprendente del resultado... bueno, no sé si logro explicar exactamente lo que transmiten pero yo me las leería. Nada que ver, eso sí, con el libro de cuentos del que hablaba el otro día: "Los girasoles ciegos".

Ah!, aviso para navegantes, a Banana Yoshimoto le interesa bastante lo español... y a lo mejor tenemos la suerte de que se adapte aguna de sus novelas.

5 comentarios

yo -

La gata japonesa en forma de broche, o Kitty, o Ketty o Loly...realmente un poco laciona, pero respetable como todo, incluido el PacoClavelPig.Saludos

Carmen -

Te parecerá menteira, Dinobat, pero la gimansia no está reñida con la magnesia. Si sólo lees escritores y no tiene ropa para vestirte, no puedes contarle a nadie lo bueno que es un libro, o ir a una librería a compra uno y regalarlo. Salvo, claro, que vivas como un ermitaño y lo hagas todo a través de la red, que no es mi caso. Pruébalo, verás cómo te gusta. Yo, a ti, creo que te aconsejaría un muñequito de Astroboy, pero no puedo ponerte una foto porque es de las figuritas que no tengo en casa.

Dinobat -

Hello Kitty....en un pendiente...eso y la literatura japonesa no?, que mezclilla, Kitty con escritores de renombre...

Carmen -

Ay! Joan Peix!, a los barceloanutas, especialmente, les conviene leer a Banana, porque así se nos bajan los humos y relativizamos un poquito. Porque, aunque cueste creer y asimilar, el mundo no acaba en Barcelona ni en el diseny català.

Joan Peix -

Muy sugestivo tu comentario sobre la última de Banana. ¿Crees que a un pobre diablo como yo, barcelonauta de profesión, le puede interesar?