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Carmen Domingo

¡Venga! acuñemos un nuevo término: catalanofobia

Hoy ha sido el debate del Estatut, en otro momento me hubiera pasado el día clavada frente a la televisión para verlo en directo, pero hoy no he podido (al final ha acabado el ciclo de guerra civil, y hoy se cerraba con Benjamín Prado y una servidora). Paciencia, no hay ninguna información que no pueda encontrarse en Internet y a ello me he puesto de inmediato, o sea a leer las transcripciones de las intervenciones principales; pues bien, yo esperaba, la verdad, el típico debate de tira y afloja cuando ya está perdido el partido, discursos de esos a los que estoy acostumbrada, pero no imaginaba la inclusión de un neologismo que a mí me parece preocupante: catalanofobia.

Pero vayamos por orden, el resultado principal es que el Pleno del Congreso que hoy ha aprobado la reforma del Estatut de Cataluña, con los votos del PP y ERC en contra, pero lo ha aprovado. Ahora nos queda, creo, que pase por el senado y luego que nos los envíen a casa, nos lo leamos, y lo votemos los catalanes. O sea, esto es solo el quinto capítulo de más de diez.

Bien, como las aguas estaba medio calmadas, por lo de la tregua de ETA, Rajoy ha aprovechado su turno para entrar a la yugular y ha sentenciado -por enésima vez- diciendo que el nuevo Estatuto supone el "principio del fin del Estado" y ha advertido a Zapatero de los riesgos de "jugar con fuego" en los debates estatutarios. Y como de lo de ETA debe estar pactado no hablar, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, Rajoy ha recordado que introducir el término "nación" en el Preámbulo da alas a los argumentos independentistas de Arnaldo Otegi -diga usted que sí-, quien en su día subrayó públicamente que aceptar ese término en el texto estatutario sería "un termómetro" de lo que se podría "hacer o no hacer en Euskal Herria". Bueno, dice lo que lleva diciendo desde que perdió las elecciones, aunque alguien tiene que contestar.

Y ha sido el portavoz socialista quien le ha reprochado el uso de "mentiras" en sus críticas a la reforma y entonces, Rubalcaba (de los pocos que yo creo que tiene la soltura necesaria para hacer réplicas y contrará replicas con acierto, junto a la Fernández de la Vega) ha contestado. Pues bien, como respuesta a Rajoy, ha dicho bastantes cosas -me acabo de leer el discurso- pero quizás este es el párrafo más significativo, donode aparece por primera vez la palabra catalanofobia y me temo que no será la última:

"Usted ha empleado un término muy duro que es el de vileza. Le voy a decir: vileza es decir que este Estatuto es un traje para ETA -lo han dicho ustedes-, vileza es ustedes, un representante muy importante que se sienta ahí detrás de usted, vileza es decir que este Estatuto tritura a las regiones pobres -lo ha dicho usted-, vileza es decir que este Estatuto es el finiquito de la cohesión social -lo ha dicho usted-, vileza es decir que este Estatuto es el plan Ibarretxe sin pistolas, vileza es decir que empobrece a todos los españoles, eso es vileza; vileza es poner en la radio andaluza una cuña donde se malmete a los andaluces contra el catalán con argumentos demagógicos, eso es vileza. Le digo más, es catalanofobia porque se hace y se dicen esas cosas para excitar al resto de España contra Cataluña, y esto se llama catalanofobia, señor Rajoy. Sí, decir que este Estatuto empobrece a los demás es catalanofobia, y usted lo sabe tan bien como yo."

Y sí, tiene razón Rubalcaba, el problema es que hay diez millones de españoles que, me temo, siguen pensando que el que en realidad tiene razón es Mariano Rajoy y que están encantados de que les den un "enemigo" a batir. ¡Ah! y ya veréis como la palabra catalanofobia acaba siendo un sanbenito que se acaba escuchando hasta la saciedad, con lo que eso supone. No olvidemos, y de eso saben mucho los psiquiatras, la importancia que tienen las técnicas de repetición en el subconsciente colectivo -eran especialistas las dictaturas fascistas ¿una grande y libre?-. 

8 comentarios

Carmen -

Dios! entre éste y la Montero, juntos solos se pulen ensayo y novela en un plis y nos dejan a los demás sin trabajo. ¡Memorias! ni lo comento

Pedrín -

Quizá sí. Hoy en La Vanguardia también lo entrevista Llàtzer Moix. Entre otras cosas, dice: \"Pienso en cerrar la barraca, en escribir ensayo o memorias, pero siempre acabo en la novela\".
Competencia a la vista. Como se ponga a escribir sobre la República parecerá que nadie antes lo hubiera hecho!

Carmen -

¿Entonces? ¿la teoría es no me pronuncio hasta que vea por dónde van los tiros?

Pedrín -

Una respuesta de auténtico relaciones públicas o embajador, que sabe quedar bien con todos. O quizá sí que es verdad que no está de acuerdo en todo lo que dicen esos que llenaron el Tívoli sin ser Flotats o Arturo Fernández. O quizá sí que eran una mezcla de uno y el otro: la cultura del primero y el populacherismo del segundo.

Carmen -

Mi queriro Pedrín!
nos haría usted un favor a todos si tuviera la bondad de copiarla, principalmente por aleccionarnos y por \"estalviarnos\" la compra de dicha revista.

Pedrín -

En el último número de Qué Leer se le pregunta a Eduardo Mendoza si se afiliaría al partido de Arcadi Espada. La respuesta es interesante, inquietante y sibilina. Búsquela.

Antonio -

El Sr. Rajoy es un iluso. Podría haberse ahorrado la visita a La Moncloa del otro día.

Diego -

Rubalcaba es el pianista cubano? O el pianista cubano es el portavoz? Cuánta confusión!