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Carmen Domingo

A veces me pregunto qué haría el resto de España sin Catalunya

Si hay alguien poco sospechosa de ser independentista nacionalista catalana esa soy yo. Vaya eso por delante. Sin embargo, si queréis que os sea sincera, cada vez estoy más harta de aparecer, de que aparezcamos, los catalanes en los medios de comunicación a propósito de nada, con cuernos y rabos e intenciones insolidarias. O sea, a propósito del Estatut. Cómo si éste hubiera supuesto, o fuera a suponer, algún tipo de mejora respecto de la situación en que nos encontramos y que llevara implícita una separación de esa España suya grande y libre. Que de llevarla implícita el texto, dicho sea de paso, fue aprobado por las Cortes.

A lo que iba. Hoy le ha tocado el turno al señor Múgica, otro de esos socialistas de boquilla que los hay a cientos, que con el nombramiento de Defensor del Pueblo bajo el brazo -cargo apoyado por el PP y rechazado por IU y PNV- se queja del Estatut. 200 folios de quejas, leo, donde explica lo anticonstitucionales que nos estamos volviendo por estos lares y argumenta el porqué ha presentado un recurso de anticontitucionalidad. Bien está, claro que, recordemos, ese Estatut salió respaldado en las urnas catalanas -peccata minuta para esos demócratas de pacotilla, por lo que veo-, tras cortes, recortes y retoques en su paso por senados, congresos, comisiones y demás. Estatut que, ya puestos, yo cambiaba por los privilegios, por ejemplo, legislados y aprobados en los fueros de Navarra. Y entonces sí podemos hablar de insolidaridad y de lo que se le ocurra al señor Mújica quien, claro, no se va a quejar de UPN ni del PP, porque está más cerca de ellos que del PSOE. Pero eso es harina de otro costal.

Lo que no acabo de entender bien es el porqué de tanta tontería anti estatutaria. Porque, me da la impresión, alguien no está calculando bien estas quejas de España "contra" Catalunya ya que -y entro en el área de la política ficción, que siempre está bien- estos ataques acaban pasando factura de nuevo y, me temo, acabarán provocando -de seguir así y en las fechas pre elecciones en que nos encontramos- otra vez el rechazo en la urnas contra todos esos "españolistas incoherentes" y ayudarán a que ERC no pierda votos. Algo que, siguiendo con la política, pero ya sin ficción, es a todas luces prejudicial no sólo para los catalanes que hemos sufrido el tripartit sino para todos esos que hablan de nosotros sin saber de la misa la media.

En cualquier caso, me pregunto a quién pueden recurrir los catalanes que han votado un texto aprobado en las Cortes para que se aplique en Catalunya (Alfonso Guerra mediante en la redacción del texto final, lo que lo hace, si cabe, menos sospechoso de nacionalista y sin fisuras jurídicas) para asegurarse de que sus derechos -políticos, ideológicos- sean respetados, si el Defensor del Pueblo sólo cree que debe defender a unos cuántos. Claro que, el señor Múgica es el mismo Múgica que no quiso interponer un recurso de inconstitucionalidad contra la ley de extranjería que presentó el PP, lo que no es poco para entender el perfil del personaje a quien le debe provocar sarpullidos pronunciar las palabras diferencia y pluralidad. Cosas de algunos socialistas de carnet que creen que la verdad sólo está en el PP.

 

3 comentarios

Carmen -

Rectifico, porque me dicen que el Defensor del estado, a lo que se ve, no puede pertenecer a ningún partido. Bien está corregir, lo que sí es cierto que es militó en el PSOE. Al rey lo que es del rey.

Jack Frost -

¿Alguien me puede explicar, objetivamente, en qué beneficia a Catalunya formar parte de España? ERC es la única opción claramente independentista, y otro gallos nos cantaría si sacara un buen resultado en las urnas. Y el defensor del pueblo español que siga defendiendo a sus españoles, que nosotros ya nos defenderemos solos. S'ha acabat el bròquil!

Pablo -

Pasa el tiempo, pasan los años, y cada día que pasa me doy cuenta de una cosa: no es que lo catalanistas odien a los españoles sino algo muy diferente: los catalanes quieren que los españoles sean como ellos. Como ellos quieren.