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Carmen Domingo

Mañana... ¡a reflexionar!

Si es que somos "remodernos" los catalanes, no me lo negaréis. Eso de reflexionar en martes sólo nos pasa a nosotros, quizás por eso, por lo infrecuente, tengo un constipado de esos que no me puedo creer porque nunca me constipo, pero como siga a este nivel me va a impedir hacer de apoderada el miércoles en pro de esta democracia nuestra en la que cada vez creemos menos. En fin... Se abren apuestas a ver qué pactos se cierran el mismo miércoles por la noche, o mejor, si gana CIU a ver cuánto tarda en pedirle al PP que lo apoye; o, caso de seguir el tripartit, a ver cuánto tarda Mas en hacer comentarios acerca de la fonética y la gramática catalana de Montilla.

Mientras estos telediarios nuestros dedican mucha atención a la campaña, bastante al deporte, algo a Madrid y poco o nada al resto de España -así son las cosas, o al menos así han sido hoy, sólo una mención a Sevilla por el calor que hacía y poco más- entran en internacional: un cooperante español secuestrado en Gaza y un francotirador en Irak. Explicado el secuestro, entramos de lleno en Jaba parece que se llama el sujeto y hace cosas tan horribles e inexplicables -no lo pongo entre comillas porque es verdad que son horribles e inexplicables- como grabar en vídeo a todos y cada uno de los soldados americanos que mata como francotirador y emitirlo. Dicen que ha matado 52 militares estadounidenses. En fin... cosas de la guerra, o de la posguerra más bien. El caso es que los periodistas se extrañan y critican eso precisamente, que mate, grabe y emita las imágenes y yo, que soy de no olvidar imágenes, de pronto recuerdo el día que empezó la guerra de Irak, cómo iban sobrevolando el cielo de Bagdad los aviones americanos, cómo dejaban caer las bombas... y cómo todo eso nos llegaba en directo. Claro que... ¿fueron más de cincuenta los muertos?, sí, me parece que fueron miles, aunque esos me parece que no eran americanos y no será comparable.

Por cierto, el otro día vi "Salvador", me ha gustado, no daré palmas de alegría pero en general tiene más puntos a su favor que en su contra -lagrimeo condicionado mediante, y escena de sexo imprescindible en toda peli de nueva factura aunque no venga a cuento- lo que ya es mucho. De todas formas dolor, miedo, inseguridad, falta de ideología política... poesía, lo que os dije un día. Todo poesía.

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