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Carmen Domingo

Un domingo de promesas y juramentos

Me he levantado hoy, casi animada, la verdad. Han sido dos días bastante intensos de discursos y promesas repetidas, réplicas que se contentan con lo que les dicen y mucho puedo prometer y prometo. QUe bien está, pero veremos cuánto dura el cumplimiento.

A lo que iba, me he levantado hoy con ideas de ponerme a leer el programa de PSOE (cada uno tiene los vicios que quiere y reconozco que este debe ser de los peores) y de pronto, en la radio dicen que están todos los casi-ministros, a punto de jurar sus cargos. Y así era. En la TVE 1 lo estaban danto en directo. Todos jurando, uno y una tras otro (ellos y ellas, ocho y ocho; ellas, y me pongo en plan maruja, con bastante mejor aspecto que las escasas anteriores, parecen que van a conseguir que separemos la idea de que una mujer trabajadora en puesto de responsabilidada tiene que ser una rancia estética), salvo el amigo Bono a quien eso de prometer le parece demasiado laico y se ha puesto a jurar rápidamente. Veremos.

El Rey cordial con José Mari, despidiéndolo, y muy cordial con Zapatero, recibiéndolo. Bien está, es lo suyo, imagino. Y, mientras tanto, ha pasado el 14 de abril sin pena ni gloria entre ministros, ex-ministros, parlamentos y demás... ¡lo que son las cosas nadie se acuerda de la república!, pero sí que tenemos imaginación y memoria para ahcer un especial Felipe de Borbón y Grecia, país! Aunque, la verdad, casi que con que se acuerden modificar la Constitución para lograr un estado federal, casi que me contento para empezar.

En fin, hoy me acuesto tranquila, parece que nos vamos a la de ya de Irak (¡pobre Moratinos, que mañana se va hacia EEUU a hablar con Condoleza), que Bono tiene que gestionarlo, como sepa, pueda, o le dejen. Bien está.

1 comentario

otrademocraciaesposible -

Tantas ilusiones como una adolescente que va a su primera salida nocturna, donde conocerá por fín al género opuesto, conocerá "chicos".
Pobrecilla virgen, mientras no cambie de sala de fiesta, se va a encontrar a todos los patanes de club de alterne, los mismos lugares, las mismas personas, el mismo talante.

Mientras que para fundar un partido haya que llamar a las puertas de los bancos, esto no va a cambiar, así que... ¿para qué ilusionarse?