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Carmen Domingo

Yo debo ser una ilusa porque creo en los partidos pero...

siempre que se me ocurre decir que si hay que conseguir cambiar algo en este país tiene que ser a fuerza de colaborar con el sistema parlamentario que tenemos, que ha de ser desde dentro de los partidos y que sólo allí podemos intentar mejorar, aunque sea poco, la sociedad hay alguien que me tacha de ilusa. Han conseguido, entre todos, que nos creamos que ese sistema nuestro no funciona, que los partidos no ayudan sino "roban", que van a la suya los políticos y que desde dentro del engranaje no podremos hacer nada. Pues bien. De nuevo, la derecha, que quieres cargarse este sistema (de nuevo, claro) utiliza sus mecanismos y recursos para "desde dentro" desestabilizar. Que de qué hablo, pues de la creación de un nuevo partido, Alternativa Española, que se sitúa, dicen (y si dicen eso no quiero pensar) a la derecha del PP, que los notan algo flojillos. Este nuevo partido de derechas basará su programa en cuatro puntos fundamentales: la defensa de la familia, la unidad de España, los valores cristianos y la vida. Ahí es na.

Este "nuevo" partido, que en realidad es una modificación de otro que ya existía, cuenta como presidente honorario con Blas Piñar, no sé si hace falta que os trace una panorámica biográfica de este conocido fan de la dictadura. Pues bien, ahora, vuelven a aparecer (que nucna se furon, llevo tiempo diciéndolo) con una campaña de publicidad que los ha hecho aparcer en casi todos los medios de comunicación. O en unos cuantos: la COPE, La Razón, el ABC y El Mundo.

¿Por qué vuelven a aparecer? Pues porque la derecha está algo centrista y eso, claro, no les gusta nada. ¿Dónde se ha visto que apoyen una constitución europea en la que las raíces católicas no figuran, ni se hace una defensa de la familia? ¿Qué quieren conseguir?, parece que está claro, movilizar a la derehca, que la izquierda siguen, en su línea, dispesada en mil corrientes y a la vez relajada porque dice que está en el poder (¡ah esos socialistas, que no saben loque se les va a ir de las manos!).

Intentan emular el triunfo de Le Penn en Francia y están apoyados por el partido Austríaco en el gobierno. Y miran con admiración el cambio sufrido por los neonazis alemanes, que ahora tienen algún escaño en el parlamento, porque han cambiado de estrategia, aunque no de pensamiento, y en las anteriores elecciones consiguieron un bun número de votantes.

No sigo porque me da grima, insito en los diez millones de votantes y en cómo la izquierda prefiere seguir diciendo que no va a votar, o no cree en las representaciones aprlamentarias. Quizás todos tendríamos que dar un voto de confianza, al menos, a los demócratas que tenemos a mano.

3 comentarios

Antonio -

He leído con atención los comentarios, sobre el artículo de la situación española con respecto a que es necesario votar aunque se tenga desconfianza ya sea justificada o no sobre el candidato votado, mientras este represente una alternativa "democrática".
Hay difiero pienso que en caso de que no se esten identificando con los actores políticos de simpre esta dando un espacio para que surjan nuevos personajes, que no tienen porque representar los mismos moldes y realmente puedan ser independientes además de verdaderamente democrticos y honestos.-

Carmen Domingo -

Quizás sí que es cierto que los partidos de izquierda actuales no son la mejor alternativa, pero parece más democrática, o debería serlo. En cualquier caso, lo que sí da un poco de miedo es que se han juntado Comunión Tradicionalista, Movimiento Social Republicano, Red Vértice, Democracia Nacional, España 2000, Acción Juvenil Española, Frente Nacional, Agrupación de Juventudes Tradicionalistas, las múltiples Falanges (que yo sepa hay dos, pero igual ahora hay más), los distintos carlistas, Movimiento Católico Español, Juventud Nacional Republicana, Hermandad Nacional de Alféreces Provisionales, Resistencia Española, Fuerza Aria, Fundación Nacional Francisco Franco, Alianza por la Unidad Nacional. Que no son pocos.

Gatmorgan -

Completamente de acuerdo con tu argumentación, pero no puedo evitar que me chirrien los dientes cuando voto a nuestros políticos de izquierda.
Los he conocido de cerca y aseguro que "el roce no hace el cariño.