¿Ha pasado la transición por Cantabria?
Llego de Cantabria sorprendida. Indignada, mejor. No porque Santander no me haya gustado, y no haya estado a gusto, que sí lo poco que he visto, sino porque conforme me paseaba por la ciudad se sucedían, casi sin darme cuenta, una estatua de Franco a caballo en una de las plazas del paseo, un monolito en honor a los caídos por la patria con su escudo anti constitucional y su escudo de la falange, otro en honor a los soldados alemanes que lucharon con los franquistas, otro dedicado a los italianos, y el último que he visto (que seguro que hay más) a los requetés. Por no hablar de los nombres de "ilustres" generales franquistas encargados de varias masacres de civiles en las calles de la ciudad. Y todo con una consistorio de mayoría socialista, ahí es ná, que no se plantea quitar nada de las calles.
Estaba sumida en mi indignación, como digo, cuando leo que en el ayuntamiento de Almería retiran el nombre de una avenida para... ¡para cambiarle el nombre y ponerle Avenida Manuel Fraga!, argumento: "reconocer la trayectoria de una figura de extraordinaria relevancia en la historia de España y uno de los padres de la Constitución Española de 1978". Diga usted que sí. En este caso a propuesta del PP y con la abstención del PSOE. Pero da igual, porque es más de lo mismo. ¿De qué sirve que desde el gobierno se insista en recuperar la memoria histórica? ¿Qué hacen para que sea cierto? Poco, por lo que veo. Porque debería haber una legislación específica en la que se prohibiera mantener este tipo de "homenajes" que nada tienen que ver con conocer la historia de un país.
Lo peor, lo significativo que es que todavía en las calles de muchas de las ciudades de España se mantenga esta retórica de apoyo a los fascistas que gobernaron en España durante cuarenta años.
2 comentarios
Tenesor -
Me pregunto yo: ¿los símbolos de la II República no entran en la memoria histórica?
Apenas han destruido las huellas de la II República en Canarias. De hecho, los jóvenes canarios no saben ni quién fue Juan Negrín. Sólo han oído su nombre porque es el de un hospital de Las Palmas de Gran Canaria.
Creo, Carmen, que la transición no ha llegado; y si ha llegado, no ha terminado.
Zenia -
¡Vaya mundo¡