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Carmen Domingo

Andalucia y su realidad nacional

Estamos en tiempo de Estatuts, unos más sonados que otros, pero estatuts al fin y al cabo; valencianos, gallegos, catalanes... y claro andaluces. Hasta aquí nada que objetar. Cada cual tiene derecho a tener su estatut.

Esta mañana ha tocado aprobar en el Congreso, han tardado más de once horas en el debate, el trámite de la reforma del Estatuto de Andalucía. El resultado 187 votos a favor (PSOE, CiU, ERC, PNV, IU/ICV, CC y Mixto), 136 en contra (el PP) y ninguna abstención. Zapatero, en el debate, a vueltas con lo mismo, o sea, ha advertido al PP de que su negativa a aprobar la reforma supone "tropezar dos veces en la misma pieda" -por aquello de la falta de tolerancia y de modernización-, mientras Rajoy ha dedicado duras palabras al texto, calificándolo de "aberración jurídica y constitucional". Hasta aquí nada nuevo bajo el sol, más bien, si no se conociera el contexto se diría que debaten el estatut catalán. En esas horas, claro, hasta ha habido tiempo a las consabidas regañinas de Manuel Marín -que tiene una paciencia que para mí la querría- que ha llamado al orden en numerosas ocasiones a los diputados populares. Últimamente los populares se alteran mucho en estos actos parlamentarios, le están cogiendo gusto a la queja, igual que se la han cogido a la manifestación. En fin...

Curiosamente el estatuto andaluz comienza su tramitación parlamentaria con el respaldo del 57,9% de los votos emitidos en la Cámara Baja, lo mismo que recibió la reforma catalana. Mientras que el valenciano, hagamos la puntualización porque es curiosa, fue fruto del consenso entre PP y PSOE y obtuvo más apoyo 95%. Hasta aquí nada raro, ni nada sorprendente. La sorpresa llega -y digo sorpresa por decir algo- cuando de pronto, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, se establecen comparaciones entre la tramitación del Estatut andaluz y el catalán.  Bien es cierto que, ante la sorpresa de todos, de pronto los andaluces deciden denominarse "realidad nacional", porque ellos son como los catalanes. Dicen. Error de base. No es que los andaluces no sean como los catalanes, que sí, claro, lo son, sino que el ser o no "realidad nacional" no es algo que uno sea porque lo es el de al lado, sino porque hay unas bases históricas y demás que lo respaldan. Por no hablar de que es algo que lo decide la gente sin pensar, no algo que se incluye en un estatut porque lo hayan incluido otras autonomías. Y de hecho esta inclusón ha sido más que suficiente -para mí también lo hubiera sido, caso de ser del PP-, para que Rajoy estableciera unas comparaciones que le iban perfectas con los posibles desaguisados andaluces, como ha pasado con nuestro "bien amado" tripartit. Que, dicho sea de paso, para acabar a ciegas no nos hacía falta candil, y que, dicho sea también de paso, es -una vez más- la muestra más evidente de que la izquierda -por llamarla de alguna manera- de nuestro país sólo fue capaz de trabajar unida durante el gobierno del Frente Popular, o sea, en los años treinta. Lo que se explica, creo, porque en aquellos años todavía creían los políticos en la política, y aunque las personalizaciones ya eran importantes, en más de una ocasión podía la ideología a la persona. Algo que, a los hechos me remito, es difícil que nos ocurra ahora. 

1 comentario

mercedes -

Consideras que no hay "bases históricas y demás" que respalden a andalucia como realidad nacional? Consideras que históricamente no le corresponde ese apelativo a Andalucia? una cosa qeu se olvida es que el estatuto andaluz ya estaba redactándose inclusive antes de que comenzara a redactarse el catalan y el termino que incluyera una mencion a la nacionalidad ya era una exigencia de los grupos... Que por mucho que queramos no todo pasa por cataluña y que si estoy de acuerdo es en que es un error el texto que reclama que Andalucia no sea menos que otra autonomia, es un error porque es tendencioso pero lo de realidad nacional, nacionalidad histórica o como quiera que algunos u otros quieran llamarlo no entra dentro de esa guisa y siempre ha estado en el animo de buena parte de los redactores...