"Alatriste" o lo bueno que es el cine palomitero si es español,
Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, o mejor, que tengo unos días de poca lectura y escritura -de la seria, se entiende- y que, vueltas con el Pisuerga, hoy se viste de blanco "Alatriste" me pongo a ello, o sea, con la peli, antes de que salgan todas las críticas.
Empecemos por el principio, o sea reconociendo que no he leído la saga de "Alatriste"; Pérez Reverte dejó de interesarme después de "Cachito", lo que no está ni bien, ni mal, pero me sitúa como lectora en el primer Pérez Reverte, el que parecía que quería empezar a escribir, y no ser el "más mejor de los académicos-escritores", ni, por supuesto, era el que suspendió un chat con los lectores de El Mundo "antes de tiempo por considerar poco inteligente la selección de preguntas". Aunque, bien pensado, ese "yo soy el bueno y los otros los malos" sí que es un poco el perfil del prota de "Territorio Comanche"… pero eso es harina de otro costal. Por más que no me negaréis que ahí es ná el perfil de escritor al que nos acercamos, el mismo que hace un paralelismo de la situación de España en el XVII con la nuestra, en fin. De todos modos, si es que me lío demasiado, eso no tiene nada que ver con la película, pero no me negaréis que quizás predispone un poquito en contra al haber estado tan cerca del director y seguir guión y rodaje, encontrarlo todo tan perfecto…
La película son dos horas largas, no sé si lo sabéis, pero dos horas largas; poco tiempo, a lo que parece, para dejar al espectador con la sensación de tener problemas de guión para lograr que enlace toda la película y que todo tenga coherencia; y de la película a los personajes: un Quevedo gordo, porque lo interpreta Echanove -y yo que siempre había creído que era delgado-, un Javier Cámara que hace de un Conde Duque de Olivares que también se aleja bastante de la imagen que yo podría haber tenido de él; un Noriega del que no hablo porque lo veo anunciando tónica y poco más... La que sí me convenció es Blanca Portillo haciendo de Bocanegra, el inquisidor, esa sí. Lo que más me sorprendió es la cantidad de cameos más propios de un Torrente que de una película como Alatriste, pero estas comparaciones seguro que le rechinan a Díaz Yanes y, por supuestísimo a Pérez Reveerte. El mejor, creo, Viggo Mortensen pero ese, me temo, no es español. Lo que si está bien tratado es la España esa que se da cuenta de que quien tuvo, no forzosamente, retuvo y que se acabó lo que daban, o lo que es lo mismo, que entra en la decadencia más absoluta de la que saldrá difícilmente y caerá en picada el siglo siguiente. Menos es nada.
De todas formas, me apuesto una cena, y la gano, a que las críticas son buenas, buenísimas, diría. Porque una cosa es adaptar en Código Da Vincci que estas superproducciones norteamericanas, adaptación de best-seller no nos gustan nada por estos lares, y otra muy distinta, muy distinta, adaptar un best-seller hispano, eso, seguro que está bien hecho. Que si hemos de hablar de cine palomitero el nuestro es, con mucho, mejor, que el mejor de los demás, porque la historia de España se merece no esa, sino miles de sagas histórico-peliculeras que la ensalcen. Y eso que a mí me parece que entre Reverte y Dan Brown las diferencias son las justas...
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