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Carmen Domingo

Artur Mas, en confianza

A veces me toca hacer entrevistas interesantes, a veces, no siempre. Pero en este caso fue así: Artur Mas. El más que posible President de la Generalitat. A mí me pareció mucho más cercano de lo que se ve en la tele, y no sólo eso, sino que, también, me rompió muchos esquemas. Lo que son las cosas. Menos mal que sigo siendo ideológicamente incorruptible...

"A finales de septiembre en Barcelona hace todavía un tiempo agradable para dar un paseo poco después de las 9 de la noche. Con calma, me dirijo hacia la casa de Artur Mas, el hombre que las últimas encuestas de la prensa catalana dan como favorito para dirigir la máxima institución catalana, la Generalitat de Catalunya. Oriol, su jefe de prensa, me aguarda en la puerta. “Espera un momento que lo llamo a ver si podemos subir”, me comenta tras saludarme. “Están acabando de recoger unas cosas”, añade y a mí se me ocurre pensar en las típicas prisas de último momento de cualquiera de nosotros cuando algún desconocido va a entrar en la intimidad de nuestros hogares. Al salir del ascensor, Artur Mas y su mujer, Helena Rakosnik, nos saludan.

Faltan veinte minutos para las diez de la noche.

“Estamos todos cansados a estas horas”, comenta Helena en el recibidor mientras entramos en su casa. Y ya en el comedor aprovecho para preguntar cuál es el horario habitual de trabajo de Artur Mas. Este hombre relajado y cordial que vemos ahora en el sofá de su casa junto a su mujer, poco tiene que ver con el político incansable al que hemos seguido en una jornada de actividad frenética, que, claro está, debe ser la norma... “Como todos los políticos, si le preguntas a qué hora se levanta te dirá una hora más temprana de la habitual para quedar bien con la prensa”, me había comentado Jordi González en los platós de TV3 donde me lo he encontrado esa misma tarde mientras le hacían una entrevista a Mas en la televisión. Y lo cierto es que fabular no parece que sea una de las características de Artur Mas quien me confiesa que no tiene un horario fijo para levantarse, y que, eso sí, suele acostarse bastante tarde, nunca antes de la una. “Unos días me levanto a las 7, otros a las 8… nunca después de las 9, pero depende de lo que tenga que hacer esa mañana. Aunque en general no suelo dormir más de siete horas ningún día, y alguna menos en campaña”, y añade “eso sí, el desayuno me lo tomo de pie, una manzana, un kiwi y a empezar el día. No tengo tiempo de más”. “Lo que sí procuramos hacer es cenar todos juntos –puntualiza Helena, quien, maestra de profesión, pasó a formar parte del equipo directivo de Transports Metropolitans de Barcelona donde trabaja desde hace 27 y no se ha planteado en ningún momento dejar de hacerlo-, es el único momento de la jornada en el que podemos hablar con tranquilidad, yo también como en el trabajo”; me quedo mirando a un televisor que tienen en la cocina mientras la escucho y veo cómo el pequeño de los tres hijos de la familia, Artur, acaba de entrar y le comenta a su padre los últimos minutos del partido del Barça que ha estado escuchando en la radio y su madre en seguida apunta “la tele no la encendemos nunca, la cena el momento en que los cinco nos sentamos a la mesa y es casi sagrado, sólo si hay algún partido del Barça y es en abierto, claro…”, y sonríe.

La actitud cercana y distendida que transmite Helena –“estos pendientes me los he hecho yo misma, soy muy coqueta, de verdad, y si algo me gusta y no lo encuentro, intento hacerlo yo misma”- es, a buen seguro, el contrapunto perfecto para Artur Mas quien muestra la seguridad cortés del tecnócrata y la prudencia del administrador que se intuye President de la Generalitat. Sin embargo, le comento tras un rato de charla, aquí sí las distancias cortas, a pesar de lo que podamos pensar por la imagen que transmite en los medios, juegan claramente a favor del candidato. “Es un hombre muy cercano. Lo que pasa es que la campaña en la prensa de las elecciones anteriores fue de acoso y derribo contra su persona”, apunta su mujer cuando le digo, sorprendida tras un rato de amena conversación, lo diferentes que se ven los toros desde la barrera y cómo logras sentirte totalmente relajada en presencia de alguien que da una imagen tan distante y con quien, por contra, parece que puedas ir a tomar unas cañas sin problemas. “Mira, es bien sencillo, la oposición se dedicó a hacer crítica de mi imagen en seguida –interrumpe Mas que no suele dejar pregunta sin respuesta-, porque no supieron qué más podían decir. Tras la salida del president Pujol de la presidencia de la Generalitat parecía que no había nadie más detrás de él que pudiera sustituirlo y, sin embargo, allí estaba yo y entonces empezaron las comparaciones, los apodos, los comentarios acerca de mi corte de pelo, de mi forma de vestir, de andar…”. Y surtió efecto y ese lastre lo arrastra, a pesar de su jefe de prensa, aunque, confía Oriol, es cuestión de tiempo. “Y eso que soy el hombre que más besos da del mundo, aunque sólo se los doy a las mujeres”, comenta tras apuntar una sonrisa y mirando con complicidad a su mujer, con la que lleva casado veinticinco años. Tenemos delante al Artur Mas seductor casi sin que nos demos cuenta.

Pero Mas es, además de padre y marido, un político, y el pulso entre los dos principales aspirantes a la presidencia de la Generalitat lo mantendrá en tensión hasta el 1 de noviembre. “Por más que los resultados nos sean claramente favorables no podemos confiar únicamente en ellos, hay que seguir trabajando y tenemos, además, que cambiar esa sensación, que no es real en Catalunya, de que el panorama político se divide entre la derecha y la izquierda. Ese presupuesto de partida nos perjudica, en primer lugar porque Convergencia no es un partido de derecha, sino nacionalista y, en segundo, porque no nos dejan transmitir de verdad partimos de un nacionalismo que se preocupa por su país tanto en el terreno social, como en el económico, sin desvincularse del Estado.”

Nos levantamos y nos dirigimos hacia la cocina, “en general es allí donde cenamos y comemos”, dice Helena. Mientras, por el pasillo, Artur Mas se detiene a enseñarme los libros que tiene empezados y que espera acabar de leer en cuando acabe la campaña. “Lo que menos leo es novela, prefiero el ensayo y, siempre que puedo, leo poesía”. Llega el momento de la cena y ha que repartirse las tareas. En una cocina funcional pero, al igual que el resto de la casa, cuidada al detalle, mientras uno de sus hijos, Patrícia, la mayor de sus hijos pone la mesa -“está a punto de cumplir 23 años y ha sido la primera en votarme”, comenta orgulloso su padre-, Helena acaba de preparar la ensalada y Artur, bandeja en mano, mete en el microondas unas judías verdes con patatas y deja a un lado unos muslos de pollo fritos que serán el segundo. “Me gusta ayudar y ser autosuficiente, las mujeres lo son y los hombres deberíamos aprender a serlo”, dice. ¿…? Me quedo mirando a Helena, “sí, sí, es verdad, si se le cae un botón de la camisa se lo cose, y si ha de hacer la cena la hace, no tiene ningún problema”. “Lo único que se me resiste es la plancha, pero también acabaré por aprender a planchar”. Así las cosas, aprovecho para sacar a colación los temas de mujer de su campaña, “la mayoría de aspectos relacionados con la mujer no son una incorporación para estas últimas elecciones, sino que han estado desde siempre en el programa de CiU y ya se habían puesto en marcha en la última legislatura de gobierno en que tuvimos mayoría. Lo que pasa es que, con el Tripartit, muchos de ellos se han parado”, comenta. “Ahora queremos luchar por políticas familiares de ayuda desde la Generalitat de 1000 euros por nacimiento; ayudas hasta los 3 años de 100 euros mensuales, conciliación familiar y laboral –CIU fue pionera en la implantación de estas ayudas-, aumentar las medidas para paliar la violencia de género… y nos gustaría también defender la prolongación de la baja de maternidad y paternidad de todos los trabajadores, aunque eso no depende directamente de nosotros, sino de la administración central… El problema es que una cosa es hacer política de progreso y otra, muy distinta, hacerse el progre, y en Catalunya esta última legislatura con el Tripartit lo hemos visto claro han hecho mucho el progre y la realidad es que han tenido paradas muchas de las ayudas que ya funcionaban antes. Hoy, sin ir más lejos, se han manifestado los viudos, la mayoría mujeres, a quienes nosotros dimos un complemento para la pensión de viudedad si no llegaban al salario mínimo, y han mantenido esa ayuda sin aplicarles los aumentos del IPC”.

En contra de lo que pueda parecer, seguir a Artur Mas, observar quién se le acerca, quién lo rodea o cómo trabaja en un día de trabajo –si las reuniones o las comidas no son secretas, claro está- no resulta tarea difícil. Un chofer, su jefe de prensa y un guardaespaldas son las personas que le rodean, lo que no impide, en ningún momento, que se acerque –como ha sucedido por la tarde- a aquellos a quienes conoce, o se detenga a hablar si un ciudadano se acerca a darle la mano y saludarlo. Parece relajado y sonríe constantemente, y, frente a las características que transmite su oponente –“ahora que no nos oye nadie, os diré que es que Montilla en realidad es tan aburrido como lo pintan”, apunta con un guiño- es capaz de improvisar un chiste, hablarte de la última vez que fue con su mujer al mercado –“soy más de mercados que de grandes superficies”-, elegir la ropa con la que viste o las ganas que tenía de ir al cine y hasta hace un par de semanas no tuvo tiempo de hacerlo. Entonces fue al estreno de Salvador, luego, la semana siguiente, fueron a ver United-93, porque a Artur, su hijo, le apetecía verla. “Nos gusta ir al cine, y salir a cenar, pero con mi trabajo no siempre podemos hacerlo, aunque en cuanto tenemos unas horas nos escapamos. Helena ya está acostumbrada a mis horarios y a esta alturas eso no supone un problema. Si conseguimos tener un fin de semana juntos sin trabajo, aunque no es frecuente, aprovechamos para estar con la familia y los amigos.”

Son más de las once y media de la noche cuando salimos de casa de la familia Mas. El último tema de los que hemos hablado es el paritario. “En la sociedad en que estamos, creo que no es demasiado acertado forzar los porcentajes más allá de las capacidades de las personas, sin embargo, desde CiU hace muchos años que se intenta que exista, al menos, un 40% de representación del sector más desfavorecido que, en este caso, es la mujer”.

Al salir del domicilio del que puede ser el futuro President de la Generalitat comenta asombrado Oriol: “Carmen, estoy impresionado, nunca hasta ahora ha estado tanto tiempo con un periodista en su casa”. Y la verdad es que todos nos hemos sentido mucho más cómodos de lo que a priori podíamos prever en una entrevista de este estilo, se caen los tópicos. ¿Será que ni Artur Mas ni la política nos es tan ajena y distante como se esfuerzan en hacernos creer, ni Marie Claire hace entrevistas tan frívolas como se puede suponer? Será eso."

3 comentarios

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Rafael del Barco Carreras -

ELECCIONES 2008

ARTUR MAS O EL “PUFOLISMO”



Rafael del Barco Carreras



Me permitiré la gracia, los “pufos”, aunque maldita la que les hizo a miles de obreros y cientos de proveedores que nunca les votarán. Pero el romanticismo catalanista puede más que la rémora de desastres y corrupción. La adhesión a las “ideas” supera a menudo la mala fe de sus dirigentes. En Barcelona, enfermedad compartida por las tres grandes ideologías contendientes.

Por pura casualidad su nombre entra en mis sospechas. Un recuadro en La Vanguardia de fecha 11-7-88 escrito por el célebre Feliciano Baratech, periodista a sueldo de Javier de la Rosa, justo al lado de una de tantas alabanzas al “empresario modelo” puesta en boca de Mario Conde. Reza el suelto, “Artur Mas dirigirá la diversificación de Tipel”… “Mas, que ha permanecido tres años como director general de Promoción Comercial (de la Generalitat, se entiende) ha sido fichado por el Presidente de Tipel, Isidoro Prenafeta”. Lluís Prenafeta, entonces secretario general de Presidencia de la Generalitat. Total, otro gran fiasco, unos 8.000 millones. www.lagrancorrupcion.com

Y los fiascos, estafas, de los “hombres de Pujol”, varios denunciados en Fiscalía y Justicia con exactamente los mismos delitos que yo pero de incomparables millones y sin apenas unos días de cárcel, cuando ni en Fiscalía y Magistratura cabía la adhesión por “ideas”, un reducto del “españolismo”, despiertan varias consideraciones sobre las corrupciones anteriores y las posteriores a las denuncias. Con o sin el “empresario modelo” y su bufete estrella Juan Piqué Vidal. Pero lo peor de su entorno, el clasismo de su catalanismo, que si como el mío se vio ultrajado por el Régimen de Franco, se ensañó con el apellido castellano por no suficiente catalán en unas oposiciones restringidas para once técnicos contratados desde hacía tres años, que trabajaban en inglés por no existir el catalán en sus técnicas. Y lo insinúo suave por no menear esa mierda que más allá del dinero o mis años de cárcel afecta mis más profundos sentimientos.


Rafael del Barco Carreras -

JORDI PUJOL...y Artur Mas.

Por Rafael del Barco Carreras

He oído que enfadado con Artur Mas y Antoni Durán Lleida les amenaza con volver a tomar las riendas. Podría presentarse a las elecciones con ...JAVIER DE LA ROSA, de Conseller de Desarrollo, Juan Piqué Vidal en Justicia, de Presidente del futuro Poder Judicial en Cataluña a Luis Pascual Estevill, y para consellé de la especial sección "Coordinaciones delincuenciales" a Antonio, el hermano mayor de Javier, al que también pagó la Generalitat sin trabajo conocido...y unos cuantos que personalmente me afectaron menos, como Masiá Alavedra, Prenafeta, Farreras, Alegre, Cullell, Romá, Subirá, Oller, Hortalá...etc...etc... y tantos amigos de Javier y Piqué Vidal que formaron el "Club de los Mentirosos" según el piadoso título de la biografía de Pascual Estevill, escrita por el periodista de El Mundo Félix Martínez...

ver www.lagrancorrupcion.com