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Carmen Domingo

Los rumanos, el catalán y el imperialismo mal entendido de un valenciano

Esta tarde me ha "recomendado" la lectura de la última columna de Vicente Verdú en El País una amiga, Mar. Pongo el entrecomillado, porque era más bien una recomendación para que me pusiera algo nerviosa tras la lectura. El sábado pasado escribió un artículo titulado "Los rumanos". Hasta aquí, parece que todo fluye sin problemas, nos guste más o menos Emir Kusturica, sus gatos blancos y negros y su música zíngara.

Empiezas a leer, y tras explicarte lo cultos y plurilingües que son los rumanos, que tienen la GRAN la inteligencia de preferir que los lean fuera en otros idiomas, antes que defender su lengua. Lengua minoritaria y, por ende (voy a ponerme pedante porque el tema lo requiere) prescindible, añade una comparativa -¡no podía ser de otro modo!- con...: catalanes, gallegos y vascos; o mejor, con el catálán, el gallego y el euskera. Copio un trozo del texto para que nadie diga que invento o exagero: "Su lengua es un nido de identidad irrenunciable [el rumano], pero es también una pantalla que les ciega la identificación externa. ¿Ser sólo escritor para unos pocos? ¿Un simple escritor doméstico? ¿Un novelista de proyección casera sin importar la calidad o la atracción? Más o menos así es esta maladie derivada del rumano, el húngaro o el albanés. ¿Desearía alguien contraerla también? Pues sí. Ésta es la enfermedad que han promovido con orgullo los nacionalistas, vascos, gallegos o catalanes".

Alucino. Me deja sin palabras.

Me pregunto si Vicente Verdú, valenciano para más señas, o sea, alguien que debería alegrarse de vivir en una sociedad bilingüe, con los beneficios culturales que eso supone, se saltó las clases ese día o si prefiere hombres y mujeres monolingües y mono cerebrales (me temo que por ahí van los tiros). Porque, que se sepa, ni catalanes, ni gallegos, ni vascos niegan los beneficios y ventaja de conocer no una, ni dos, sino todas las lenguas extranjeras que puedas. Pero... ¿equivale eso a eliminar tu lengua? ¿Tiene que ver algo el tocino con la velocidad?

Sigue, porque no se queda aquí en su afán centralista, porque, claro, lo suyo es que aprendamos todos la lengua del imperio, que para eso lo es. Que, dicho sea de paso, señor Verdú, no entienden más que en latinoamérica, y no parece que estén sus economías como para comprarle a usted, a Dios gracias, muchas novelas. "Todas las horas que se han escatimado al aprendizaje del castellano se han entregado heráldicamente a los idiomas de las autonomías "históricas". El paso siguiente será la autodeterminación y el siguiente la automoribundia. ¿O es que todavía creen los jefes nacionalistas que el resto del mundo acabará convertido a su causa y a su lengua que, a veces, ellos mismos tan sólo usan ante el altavoz?". Pero no será mejor quejarse y reinvindicar más horas de ambos idiomas, que suprimir uno frente al otro. Y, sin duda, no será mejor que cada pueblo decida, libremente Sr. Verdú, de qué país quiere ser. A estas alturas, menos mal que se acaba la columna, pero todavía no entiendo cómo a Vicente Verdú no se le cae la cara de vergüenza. Y me pregunto si no estará usted molesto de que todos los españoles tengamos, también, derecho al voto, o si cree que, puestos a votar, sólo deberían hacerlo que hablan la lengua del imperio.

3 comentarios

francisco -

no es una opinión auspiciada por el indultado Perez Carod sino por quien le pagó su estancia en los Usa.Y por su absoluta incultura literaria que le debe borrar a Kadaré y a Llull de su inopia.Pero no os engañeis que al Verdú lo auspician los socialistas o polanquistas que tanto da.

Leonardo Miralta -

Parece olvidar el Sr. Verdú que uno puede escribir en la lengua que le sea más cómoda y después traducirse o ser traducido a las que más convenga. A ver quién es el guapo que lee a Tolstoi en ruso...

Anónimo -

Bueno es saber qué pie calza Verdú, pero me pregunto: ¿no será un infiltrado? es decir: ¿no estará pagado por Carod?; porque me temo que lo que eso alienta es el independentismo... A no ser que lo único que busque sea salir en Crónicas Marcianas, que bien podría ser.
Y ¿para cuándo tu opinión sobre el rifirrafe Echevarría-Atxaga-Rivas..., o sobre el filocastrismo a machamartillo de la Gopegui y sus desencuentros con los periodistas con la mala manía, quizá pagada por la CIA, de defender la libertad de expresión incluso en la Isla? ¿No tienes un poco abandonada la sección de libros??????