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Carmen Domingo

Parece que las vacaciones se acaban y yo me acuerdo de Ibarra

Parece que se acaban las vacaciones y yo, que no las he tenido, sigo con la cabeza puesta en ellas. Lo que son las cosas.

El caso es que hoy en los dos telediarios que he visto una de las noticias de nacional era esa -cayucos, Clos, locales sin humo y ejército hacia el Líbano mediante-: volvemos (vuelven) al trabajo, que yo tengo el trabajo en casa. Metros abarrotados, gentes cruzando semáforos todos a una, oficinas de nuevo con sus trabajadores a pie de ordenador, incluso una oficina que ha llevado a sus trabajadores a la playa para que no les entre la depresión esa post vacacional que nunca logro entender. Sin comentarios. Mientras, iban entrevistado a todo el que quería salir en la tele, y claro, frases sueltas: "Es el tributo que tenemos que pagar por disfrutar de un mes de vacaciones", decía alguien en uno de los reportajes justificando eso de empezar a trabajar. Pues conmigo que no cuenten, en tributar digo, a una empresa para que me dé un mes. Eso de los tributos, salvo los de hacienda, salvo esos, nada que ver conmigo. Y lo de agradecerle cosas a las empresas menos, la verdad.

De todos modos no soy la única que no acaba de ponerse a eso del laboro. Al menos hasta hoy "nuestros" Príncipes de Asturias tampoco se habían puesto manos a la obra -suena raro, pero es que no sé cómo denominarlo, y el caso es que tienen nómina o sea que deben trabajar-. Así que, tan normales no serán, digo yo, si no empiezan en septiembre como TODOS, pero bueno. Y no es que yo me dedique a hacer un seguimiento de la familia real, sino que en El País de hoy -prometo que no había leído la noticia me lo han soplado- nos cuentan que los "pobres" han viajado en clase turista en un vuelo entre Ibiza y Palma de Mallorca, o sea, sigue en Marivent o dónde sea, pero en Mallorca: y "al igual que el resto de pasajeros (poco más de medio centenar) tuvieron que aguantar en aquella hora calurosa del mediodía un retraso de dos horas en la salida del vuelo IB 8111 con destino a Palma de Mallorca". Y me ha hecho gracia. Jóvenes, suficientemente preparados, papás de una niña y encima, por si Letizia tuviera poco, además de tener que pasar las vacaciones con su suegra y con la familia de su marido va y de últimas tiene que esperar dos horas como si fuera una "española normal". Seguro que eso no se lo dijeron cuando empezó a valorar la posibilidad de ser princesa y le pudo más la ambición. Seguro que no, porque eso, si no recuerdo mal, no lo explican en ninguno de los cuentos que he leído.

La realidad es que frente a una noticia de estas las preocupaciones me asaltan, no porque vayan a una boda de un amigo del Príncipe, que es a lo que iban, sino porque a mí tanta normalidad de la familia realsiempre me escama y me hace pensar que no están tan boyantes como antes; porque no me cuela que sea voluntario lo de viajar en turista como la mayoría de españoles. Claro que, bien pensado, deben tener un pedazo de hipoteca que ni imaginármela quiero vista la choza principesca. Claro que en lo que acabo pensando siempre es en que esta monarquía nuestra cada vez es más cutre y que eso de mezclar sangres -al menos de forma pública- acaba provocando acciones de esas que a Peñafiel -y a mí, qué queréis que os diga- me parecen muy poco monárquicas. Y ahora yo pienso que a lo mejor la Reina también lee El País -o se lo reducen a las noticias de mayor interés, lo que sea- y la veo marcando en el móvil el número de su prima, Isabel II y preguntándole qué puede ser lo próximo, para irse preparando. Y eso que yo imaginación la justa.

Y todo para acaba con Juan Carlos Rodríguez Ibarra, no sabe de qué nos quejamos, porque España, ahora también, va bien, aunque haya incrementado en casi 30.00 personas el número de parados -también lo han dicho hoy en el telediario, pero a lo mejor es un dato que a Ibarra se le ha escapado-. A lo que iba, a mi queridísimo Rodríguez Ibarra y sus frases-consejo: "Vivimos demasiado bien, porque si viviéramos mal me tirarían tomates los parados y, sin embargo, me improperian los que viven bien". No, no aunque Ibarra es de los socialistas que hacen méritos para que les den el carnet del PP y no es santo de mi devoción no me he inventado el verbo "improperiar", es todo suyo. Y la declaración salió publicada en el diario Hoy. Pero eso fue en julio del año pasado... es que me ha dado por rebuscar en mi hermeroteca de frases célebres y me noto mezclando churras con merinas...


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