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Carmen Domingo

Sociedad

Hoy, por fin, he visto una peli en pantalla grande

Me cuesta, la verdad, acercarme a los cines y me cuesta sobre todo porque no sé ir sola, necesito ir acompañada para poder hablar luego de la peli, y eso no siempre es sencillo. No por falta de compañía, no, sino por falta de coincidencias horarias o preferencias cinéfilas. Menos mal que entonces Joan acude en mi ayuda y me trae alguna peli -suya o de Pere- de esas que he de ver y que o no se han estrenado o lo han hecho hace poco y las vemos en mi casa.
Pero hoy he ido al cine con Mar, después de mil intentos infructuosos de quedar. Luego... dudas entre Jarmush y Coixet y al final -después de comerse un curri que me ha quedado bastante bueno- se nos ha echado el tiempo encima y hemos llegado diez minutos antes de que empezara la de la Coixet. Y hemos visto "La vida secreta de las palabras", predispuestas a darle a la Coixet la última oportunidad- y eso que a mí, la verdad, esa pose de yo sé más que el de al lado, que debe ser cierto, me parece bastante acertada, visto cómo está el panorama cinéfilo patrio-, pero hemos entrado más pensando en ver a Tim Robins mientras envidiamos a la Sarandon, si queréis que os sea sincera. Al salir, la dos hemos coincidido en que le daremos más oportunidades a la directora catalana que rueda en inglés, es más se las daremos todas, porque la peli le ha quedado redonda. ¡Redonda!
En la web de la peli el resumen no prometía mucho: "Un lugar aislado en medio del mar: Una plataforma petrolífera, donde sólo trabajan hombres, en la que ha ocurrido un accidente. Una mujer solitaria y misteriosa que intenta olvidar su pasado es llevada a la plataforma para que cuide de un hombre que se ha quedado ciego temporalmente. Entre ellos va creciendo una extraña intimidad [...]". La sinopsis no está demasiado acertada, pero luego va encajando todo poco a poco, como si de un puzzle se tratara al que no le falta ni sobra una pieza. En el que las palabras que se callan (yo soy bastante amiga de no decir cosas y prefiero pensarlas o escribirlas y lo entiendo perfectamente y creo que es dificilísimo transmitirlo tan bien en la pantalla) son tan importantes como las que se dicen.
Lo dicho, a mí, me ha encantado. Buen guión, buenos diálogos, buena historia, buenos actores, muy buenos y bien elegidos... y además una historia de amor de fondo de esas que a mí me parecen preciosas. ¿ento de hadas? Pues sí, a pesar de que aparece un conflicto bélico -la guerra de los Balcanes-, que está pero no está, en el fondo, pero presente del que, como dice uno de los personajes, no solo no sabemos nada -salvo que algunos los cascos azules se dedicaron a violar mujeres-. Claro que la guerra y las salvajadas, claro, siempre es mejor ignorarlas. En fin, que no parece cine español. Que no sé qué tiene que parecer para serlo, pero ya me entendéis.

Canciones en la Cárcel de Ventas

Hay muchas cosas que no entiendo y, qué queréis que os diga, me cabrean y mucho si tengo la mala suerte (las menos la verdad, por eso me cabreo poco) de que me pillen cerca. No entiendo que se grite. No entiendo que se utilice la palabra amigo cuando se actúa como simple conocido. No entiendo que las parejas cuando se rompan sean capaces de hacer barbaridades en contra del otro. No entiendo que uno se comprometa a hacer una cosa y luego no la haga. No entiendo que uno se queje de no tener amigos cuando no es capaz de cuidar a los que tiene. No entiendo que pudiendo hacer un favor no se haga. No entiendo que se lance la piedra y se esconda la mano. No entiendo que uno se queje de su mala suerte y no haga nada por remediar la situación...

Bueno, ya veis. No entiendo muchas cosas y me deprime. Pero hay otras que tampoco entiendo (aquí sonrío) y me congratulan con el género humano, del que tengo tendencia a huir. Y eso me pasa cuando, como ahora, leyendo declaraciones de las barbaridades que les hacían a las mujeres en la Cárcel de Ventas (sobre todo entre 1939 y 1950, momento en el que los franquistas se ensañaron con un odio inexplicable) veo cómo tenían la habilidad de buscar recursos de donde no los había y eran capaces de hacer incluso canciones. Letras que les servían para sobrellevar el maltrato, las torturas y todo lo que a las monjas (bendita iglesia católica) y carceleras se les ocurría practicar contra ellas con tal de no transmitir la pena, el dolor y el miedo que tenían en el cuerpo. Y sobre todo con tal de alegrar su reclusión en las peores condiciones imaginables (la cárcel estaba pensada para unas tres mil personas ya cbaron siendo unas diez mil) con la esperanza de que no hay mal que cien años dure.   

Os pongo una estrofa (tengo localizadas varias canciones pero con un ejemplo basta) de lo más gráfica y que a mí me aclara mucho de cómo eran de verdad estas mujeres a quienes, la verdad, nadie les ha hecho nunca el más mínimo caso:

Cárcel de Ventas/ Hotel maravilloso/ donde se come/ y se vive a tó confort/ donde no hay/ ni cama, ni reposo/ y en los infiernos se está mucho mejor.

A buen entendedor pocas palabras bastan.

Una de publicidad antes de irme a vivir al campo

Una de publicidad antes de irme a vivir al campo
Me dice un amigo -Francesc- que me relaje. Que dedique menos tiempo a la política y a los medios de comunicación y que me dedique, por ejemplo a leer "La caza del carnero salvaje", una de las últimas que ha recuperado Anagrama del escritor japonés que, dicho sea de paso, es de los que me gusta. Que eso de escribir así a todas horas no va a ser bueno del todo.
Y yo, que a veces soy obediente, cojo el libo de Murakami y me lo pongo en la mesita de noche. Que no es mucha garantía porque ahora exactamente duerme con otros cuatro de títulos y temas tan dispares como una biografía de Amancio Ortega, la biografía de Tórtola Valencia y un libro sobre el papel del Servicio Social y la Falange en la España de los años cincuenta. Así que...
Pero como quiero hacer caso me compro una revista, como para pasar el tiempo al tiempo (siento la repetición) que miro cosas de moda, y sí, encuento moda, y sí, encuentro tendencias y claro, encuentro publicidad. Como el anuncio me deja sin palabras, porque tendría que soltaros un rollo que reservo apra el libro os dejo la imagen. Que, bien dicho está, vale más que mi palabras. Ah! y se la dedico a todos esos solidarios españole por tercer mundo que no recuerdan que su vecino no acaba de llegar a fin de mes. Yo dejaré mis lecturas de novela, me temo, para cuando me vaya a vivir al campo.

Día de presentaciones en sociedad

Pues sí, una infanta, un canal de televisión y un nuevo programa en Tele 5. Y sí, a mí me gusta ver la tele y hacer zaping, que no sólo de las letras vive el hombre. Ni se es más progre por mentir y decir que no te interesa la tele. A ver si va a ser mejor ver el fútbol.

Por la mañana escuchaba en la Ser que alguien decía "Necesitamos más televisiones: son una garantía de libertad" a propósito de Cuatro, cadena que comienza a emitir hoy. ¿Necesitamos más televisiones? ¿Son una garantía de libertad? No sé yo. Aunque a lo mejor iba por aquello de que a mayor oferta más libertad para cambiar de canal. No sé. Aunque, es más importante tener varias televisiones a las que agarrarse que… ¿una buena seguridad social? ¿Una buena educación pública? Incluso ¿una buena televisión pública? Debe ser eso. Y deben decirlo para darnos tiempo de hacer zaping continuamente, aunque sea para acabar no entendiendo porque Carolina Ferre en su primer programa decide que tiene de contertulios a cuatro humoristas que –imagino- deberían tener algo que decir. Pues no, error, no son capaces ni de decir qué piensan del estatut, ni de la presentación de Leticia que, no me negaréis, son dos noticias no sólo fáciles de responder sino que además dan de sí al menos para hacer un par o tres de monólogos. Claro que ser gracioso, o hacer gracia –tampoco sé- no es sinónimo de tener algo que decir, simplemente de saber repetir un texto.

Y mientras, en TV3, por aquello de que la televisión pública tiene que informar, Cuní, “Els matins de Tv3”, no tiene más ocurrencia que lanzar la siguiente pregunta –a propósito de los conflictos sociales de Francia- al espectador y a los “expertos” que tiene delante: ¿llegarán a Catalunya disturbios parecidos? (entiéndase aquí a España que es TV3). ¿Puede un presentador de televisión seguir fomentando el miedo y el rechazo a la emigración antes de tiempo? ¿Puede plantearse este tipo de cosas? ¿Alguien se preguntó lo mismo con la enorme cantidad de científicos premios Nobel de las ciencias americanos? A la última pregunta no, que los científicos ni nos interesan. A la primera sí. Porque además los señores que lo acompañan en el plató contestan sin inmutarse, sin apuntar que es mezclar churras con merinas.

Lo del mediodía ha sido peor. ¡Enseñan a la infanta! sólo para confirmar que existe quiero verle la cara y lo que oigo ya ni me sorprende: "La carita más buscada es una preciosidad" (TVE1). "Hay que disfrutar de esta maravilla. La niña no puede ser más mona" (Ana Rosa, Tele 5). "Leonor está mejor de frente que de perfil" (Peñafiel en Antena 3). "Es preciosa" (La madre). Para colmo una reportera de TVE afirma: "De momento la alimenta doña Leticia". Y yo, ya me cabreo, dentro de poco seremos todos los españoles los que corramos con sus gastos de manutención. No queda otra

Quito la tele. Lo seguiré intentando. Me voy a leer una de Murakami que tengo recientita y tiene muy buena pinta.

"Las cajas españolas", de nuevo los Goya

"Las cajas españolas", de nuevo los Goya

De nuevo una de las pelis que verán -o no- los directores españoles en sus casas. De esas que mientras vas visionándola corre por debajo una adertencia que dice "exclusiva para los miembros de la academia", en fin, suerte que tiene una, claro está. Aunque, también os digo, que si podéis no os la perdáis.

Pocas veces, muy pocas, se te pasa tan rápido un documental. Pocas veces, muy pocas, un director logra hacer que lo rodado hace unos meses se mimetice también con los escasos 10 minutos que se conservan de la época. Pocas veces, muy pocas, se logra -salvo algún error terminológico- explicar con tanta claridad un momento histórico tan complicado como el que relatan "Las cajas españolas". Dicho esto, os resumo un poco de que va y os anuncio que -salvo error u omisión- haré lo imposible no sólo para pasar "Las cajas españolas" en el ciclo del FNAC, sino también para que esté Alberto Porlan (director del documental).

1936. Guerra Civil. En España no sólo hay que intentar salvar la república de los franquistas, sino que, además, hay que intentar que el Tesoro Artíistico Nacional no sufra daños derivados de los bombardeos franquistas y de los saqueos -aquí sí- de ambos bandos. En seguida se pone en marcha la maquinaria del gobierno de la república para salvarlo y encarga a una serie de personas -que varían conforme varían los gobiernos republicanos- a preservarlo intacto durante los tres años que dura el conflicto y depositarlo en Ginebra sano y salvo. Hasta aquí algo de todos conocido. Sin embargo hay formas y formas de contar las cosas y esta es, creo, una de las mejores. Lo fascinante del documental es que no sigue el aburrido orden de entrevistas de todo documental, sino que aparece como si se tratara de un flim de ficción aunque con formato de documental. A partir del escaso material gráfico que se conserva de la época y de los minutos filmados Porlan monta esta buenísima peli-documental en la que a penas notas la diferencia entre el material de época y el filmado y que entra sin darse una cuenta de que el tiempo ha pasado. Si en marzo no estáis en Barcelona, me iría a cine a verla de cabeza.

"La doble vida del faquir", los Goya y la Guerra Civil

Llevo días preparando un ciclo sobre Guerra Civil en el FNAC -conferencias, pelis, música, un poco de todo- e intentando localizar documentos (pelis y documentales, que el resto de material lo tengo más controlado) sobre el tema que, a poder ser, se hayan visto poco y aprovechemos para difundirlos un poco más. Hasta aquí todo bien. El otro día me encuentro con Pere, se lo comento y me dice que vea dos: una de ellas "La doble vida del faquir", de la otra ya os hablaré. Hasta aquí bien también, porque sabido es -y no lo digo yo- que Pere es de los que lo sabe todo sobre el tema y si lo aconseja... total que "le compro la idea" a cambio de que haga una de las dos presentaciones del ciclo. No estamos como para desperdiciar oportunidades.

Bien, ayer noche Joan me las trae (sí, sí, están en cartelera todavía, pero los miembros de la academia, a lo que se ve, reciben copia de todas las pelis que se presentan a los Goya para votarlas y por eso las tenemos, prebendas de los directores de cine) y ponemos "La doble vida del faquir". Un documental que -entre flashbacks- hace un paralelismo entre los niños que vivieron en un hospicio catalán durante la guerra (fuera de Barcelona, y por lo tanto, ni se enteraron prácticamente de la misma) y que rodaron una película "La doble vida del faquir" en el año 38, y los ancianos en que se han convertido ahora y sus recuerdos de aquellos años. Hasta aquí también bien. El problema que las vivencias personales de la mayoría de nosotros son eso, vivencias personales que, me temo, solo nos interesan a nosotros y a nadie más, cuando la anécdota no puede generalizarse, como es el caso de todos ellos. Y si, como en el caso del documental, no sirve ni siquiera para ejemplificar una época y, además, está rodada en su mayoría en planos fijos -sí, fijos- de los entrevistados, cortados y pegados, entrelazados con la peli del 38... no sé qué deciros. En fin.

Al final, decepción con el documental, aunque "fascinada" con dos de los personajes que salen. Uno de ellos, Xavier Bagué y Bofill, heredero del señor que donó el hospicio y el terreno que lo rodeaba al estado español a principios de los años treinta. Empieza quejándose de que se le ha reducido la herencia porque su antepasado tuvo a bien regalar a unos cuantos niños pobres parte de su patrimonio y que, acto seguido dice que fue militante del PSUC. Uno de los mejores ejemplos de nuestra izquierda burguesa. Y con María Teresa Pascual, la niña rica del pueblo que acabó siendo la protagonista en el años 38 de "La doble vida del faquir", porque en el hospicio no había niñas y que, aún  hoy, mantiene esa sobervia de la derecha franquista que se evidencia cuando, en una charla con el protagonista de "La doble vida del faquir, éste todavía tartamudea cuando la tiene en frente. Paciencia.

Luego, ya con ganas de guerra civil, me pongo a leer testimonios de prisioneras de la cárcel de ventas y sí, claro, esas mujeres sí que vivieron una guerra, y aquí sí los testimonios se hacen universales. Tanto que, ya no sé cómo evitar que me pasen estas cosas, a la media hora de empezar a leerlas tengo que dejarlo porque estoy a punto de ponerme a llorar. Paciencia de nuevo. Hay que conocer la historia para desear que no se repita.

Leonor (II) y el Rockefeller Center

Creo que el tema Leonor va a durar más de lo que nos gustaría, y yo prometo no insitir más que lo justo. Sólo deciros que me sorprende que en la era de "lo que no se ve no existe" todavía tengamos que esperar unos días para ver las imágenes de "la futura reina" y que -¡menos mal!- ha sido la entrada en la clínica de un botones vestido con su tradicional traje rojo y cargado de una cesta para bebés el que me ha confirmado que el nacimiento no era una entelequia.

Luego ha sido la red, claro, la que me lo ha vuelto a confirmar. Porque la Casa Real ha registrado todos y cada uno de los dominios posibles de la "futurible"  ’reinaleonor’, ’princesaleonor’, ’infantaleonor’ ’infanta-leonor’, leonorreina’, ’leonorprincesa’, y ’leonordeborbon’ ( en todas sus extensiones comerciales, ’.com’, ’.net’, ’.org’, ’.biz’, y ’.info’). Aunque, Spais is diferent, claro está, se ha dejado uno ’princesa-leonor.com’ que lo ha comprado una empresa de diseño web. ¡Los listos! Y eso que yo soy de las que siempre dice que me lanzaré a comprar dominios y luego, llegada la hora, ni me acuerdo. ¡Menos mal que el mío lo tengo asegurado 5 añitos y no se me va a escapar que sino...

Además, nobleza obliga, la Casa Real ha enviado por su parte una solicitud a Red.es, entidad encargada de la gestión de ESNIC, solicitando el bloqueo de todos los que aludan directa o indirectamente al nombre de Leonor. La petición fue formalizada por la Casa Real y abarca prácticamente todas las variables posibles. De este modo, Red.es actuará conforme a la ley y bloqueará los dominios solicitados para comprobar si se ejerce un derecho legítimo sobre ellos. El que puede puede, ¿no os parece? Porque los demás si no estamos atentos nos quedamos sin nuestro nombre en la red en un periquete.

Una salvedad. Dice Isaías Peral Puebla, Jefe del Centro de Comunicaciones e Informática de la Casa Real, que el departamento técnico comenzó a registrar los nombres "justo después de que saliese publicado el comunicado oficial del nacimiento, cuando se supo que era niña y que se llamaba Leonor". Y yo, mirando mirando, porque eso sí que en la Red es fácil, veo que registraron los dominios a las 22.00 horas. Y ahora ya no sé si era Juan Carlos el único que no sabía cómo se iba a llamar la primogénita o si también en eso nuestro Rey nos miente. Vaya usted a saber.

Y lo peor, este runruneo como de fondo que se desprende desde los medios de que el nacimiento de la princesita va a hacer que se acerquen los dos partidos mayoritarios -léase PSOE, PP- que hasta ahora estaban algo resentidillos y dejen a un lado sus diferencias. Por aquello de que la reforma constitucional necesita dos terceras partes de la cámara. No, si va a resultar que va a ser la infanta del talante, ¡lo que nos faltaba!

En fin, y eso que a mí, en realildad, si queréis que os sea sincera, ahora mismo, lo que más me apetece sería ir a N.Y. y, tras un paseo por Central Park, o cualquier parte que me gusta toda la ciudad, subirme a la terraza-bar que han abierto en el Rockefeller Center, que llevaba 20 años cerrada, y disfrutar de las vistas de una de mis ciudades preferidas, aunque, me temo, no es tan fácil que se cumplan los deseos.

¿Os acordáis de Amina Lawal?

Hace unos días comentábamos una amiga -Laura- y yo un curso que hicimos hace años de ONG y cómo nos explicaban que no se debía intervenir en las costumbres culturales del país al que se estaba ayudando en ese momento –en aquel entonces nos pusieron el ejemplo de las ablaciones y de unos pozos que contaré otro día-. Es cierto que los occidentales, antes, ahora y siempre, tenemos una “sana” costumbre que me temo es difícil que modifiquemos y es que tendemos a imponer nuestra cultura –“la única buena”- allá donde vayamos y en el caso de las ayudas al Tercer Mundo esta tendencia se acusa. Pues bien, hoy sale en El País una noticia sobre Amina Lawal que parece que ejemplifica lo anterior. ¿Os acordáis de ella?

Su caso –condena de lapidación por adulterio- fue uno de los primeros que puso en macha las campañas de firmas a través de la red. Y  se logró que el tribunal islámico de Nigeria la absolviera y pudiera regresa a su pueblo, Kurami, donde en la actualidad vive con dos de sus hijos. 

Dejadme antes de seguir que os explique el argumento para lograr su absolución, porque lo he encontrado surrealista. Una vez el padre de su hija –que no estaba casado con ella- jurara ante el tribunal que la niña no era suya fue liberado sin cargos -cuando jura un hombre es que jura de verdad, claro-. Como corresponde. Mientras que ella, que juró que tuvieron relaciones porque le prometió que se casarían,  fue condenada a ser llevada a un lugar público, entrerrada hasta el cuello y ser apedreada hasta la muerte. El hecho de no estar casada –se había divorciado hacía un año- y tener  un hijo la convertía de inmediato en adúltera y justificaba la condena.  Sus abogados –y esto es lo que me ha sorprendido- plantearon entonces una estrategia basada en las viejas teorías del pensamiento islámico malikí, según las cuales, una mujer puede dar a luz a su hijo hasta cinco años después de ser concebido -¡diga usted que sí!- y los jueces dieron por bueno el ardid y anularon la condena en septiembre de 2003.

Hasta aquí todo bien.  Y esto es, sin duda, lo que más les gusta a algunos de los trabajadores de ONG. Pero los occidentales igual que ayudamos, olvidamos la ayuda y cuando según nuestro criterio ya está resuelto un tema cambiamos a otro y dejamos en el camino a miles de inocentes que, como Amina, tuvieron a bien fiarse de nosotros. Ahora Amina tiene 34 años y su destino ha dejado de estar en manos de su marido para estar en manos de sus familiares hombre. ¡Sí señor, un gran cambio! Que ella asume como le han enseñado: "Es Alá el que decide por nosotros". 

Allí la dejó Occidente una vez ganado el juicio. Pero no contenta -la ONG y su abogada- con retornarla a su pueblo ¡le buscaron un marido! ¡Hicieron un casting en la ONG WRAPA (Avance y Protección Alternativa para los Derechos de la Mujer), por aquello de que la mujer decida, imagino. ¡Una asociación de mujeres que se plantea hacer un casting de maridos! Ahora sí que dudo entre sorprenderme o cabrearme, si queréis que os sea sincera. Un marido “que no me gustaba”; dice ella en la mini entrevista de El País y volvió a quedarse embarazada. 

Y mientras, y esto es lo mejor, los occidentales de pro que ayudaron a Amina, que lograron su absolución, rentabilizan su triunfo en protagonismo, popularidad y fama, imagino, y ya ni recuerdan su cara. Ni, por supuesto, se preguntan cómo habrá logrado sobrevivir. Eso, me temo, no les interesa mucho porque ya se ha rentabilizado en los medios. “Es la voluntad de Alá”, dice Amina y, me temo, que en realidad es el eterno egoísmo de occidente.

No sólo de política vive el hombre, eso está claro

Y hoy quería contaros mi mini estancia de dos días en la presentación de la última colección de Tous, Eugenia Martínez de Irujo mediante, masajes con aceites y baños de lodo, pero no puedo. ¡Qué hi farem!

Enciendo la televisión en el hotel, mientras preparo la maleta y qué me encuento: a jóvenes UNIVERSITARIOS, diciéndole a Santiago Carrillo que es un asesino. ¡¡¡¡Octubre, 2005!!!! Banderas anti constitucionales, vivas a Franco... ¿Pero en qué año vivimos? ¿Qué se ha conseguido en España? ¿Qué estudian en institutos y universidades? Y, lo peor, ¿hacia dónde vamos? ¡Venga, que sigan arengando desde la derecha por la temida balcanización de España -Aznar dixit-, que aún acabaremos metidos en berenjenales mayores.

Me perdonaréis que me ponga así de seria, o que coja este tono preocupado, pero es que, además, en la tertulia de Tele 5 uno de esos comentaristas de pro que nos ha dado nuestro país, resulta que dice que son hechos aislados, que no son preocupantes, que hemos tenido una transición modélica eso sí y que Suárez lo pasó peor! Pero ¿qué está diciendo? ¿Qué tiene que ver nuestra "modélica" transición con esto? ¿Qué le pasó a Suárez que no lo recuerdo? Esas comparaciones hacen tanto daño como quitar importancia a los 10.000 afiliados a la Falange Tradicional. Sí que son preocupantes estos arranques de odio por jóvenes -recordemos que todo esto ha pasado el día que le concedían el honoris causa a Carrillo en la universidad-, gente que ni sabe lo que dice, ni conoce lo que supuestamente hizo Carrillo en Paracuellos (porque todo debe ir por aquí pero que tiene encima un odio ¿provocado por quién? con el que se quieres reivindicar ¿qué? hacia ¿dónde proponen ir?

Madre mía, si cuando digo yo que todo este debate NO político que tenemos en nuestro país no es más que pan y circo (a falta de un buen Barça Madrid, imagino) cuando las preocupaciones de verdad tienen que ir en otra dirección. ¿Por qué no se preocupan de que los presupuestos del Estado tengan una partida especial para que todos los españoles, todos sin excepción, recibamos clase de historia aunque sólo sea para que conozcamos con detalle hacia dónde pueden llevar arranques de odio como los que acabo de ver en la televisión? Sí, quitémosles hierro, no los tengamos en cuenta, esperemos, esperemos y veamos hacia dónde se dirige la ultra derecha española.

Eso sí ¡qué malo es Arzalluz! que viene a Barcelona a presentar su libro y nos habla del concepto nación para ponernos nerviosos. ¡Qué insolidarios los catalanes que en su Estatut miran sólo por la "pela"! ¡País!, que diría Forges.